Como lo prometido es deuda y yo suelo cumplirlas, con la excepción, que se me olviden, (aunque mi conciencia me las termina recordando) hoy les traigo una entradita de sólo una fotito que hace tiempo prometí a las bloggeras. Pero no es una foto cualquiera, es de mi pequeño pero cómodo lugar de trabajo.
Lo más que me gusta de él es la iluminación que tengo durante todo el día, y por la noche tengo mis dos lamparitas que son simplemente maravillosas.
Y por supuesto los dos regalos más queridos que nadie me ha echo en la vida (después de mis hijos claro), mi máquina de coser y mi maniquí. Gracias Remo.
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